lunes, 3 de junio de 2013

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Mientras duermo,
Me babeo
hago ruidos
soy inquieto.
Son parte de las críticas
que me dijo una
chica que me invitó
a dormir
una vez
a una casa
dentro de un cuarto
donde había una foto
de un viejo
canoso
apuntando a la cama
mientras nosotros
cogíamos.
Ella me dijo
que soy demasiado flaco
que mi cara le gusta
que mis ojos le gustan
que mis manos le gustan
pero que soy demasiado flaco.
Que le incomoda
acariciarme el cuerpo
porque son muchos los huesos
las costillas,
mis omóplatos,
que mi piel
muestra,
es poca la grasa que entre mi piel
y mis huesos se encuentra
lo que hace que parezca
un esqueleto
con piel arriba,
la entiendo
no la culpo
es feo como se ve
mi torso desnudo
no es lindo,
la entiendo
no la culpo.
Nunca estuve
en su lugar
pero desde el mío
muy cómodo
que digamos
tampoco se torna.

Y el café.
Le jode
bastante
la cantidad
de café que tomo por día,
lo considera una adicción.
No se si soy adicto
al café
tomo mucho
no lo niego
pero de ahí a la adicción
hay un largo camino.
Me parece.
Creo yo
que mas bien
es una triste necesidad
de activarme un poco
mi cansada cabeza
durante el durar de un invierno,
mi cansada cabeza
movilizada a partir
de mi flaco cuerpo.
mi cansada cabeza
escribiendo estas letras

que ella no va a leer.

Aunque a pesar de todo
me admitió que le gusta
como garchamos
o lo que hago
cuando garchamos
o las emociones que
le emanan a ella
cuando garchamos
o la cantidad de veces
por noche que garchamos.
Eso si le gusta
y sabe que conmigo lo va a tener
aunque
si me quiere llamar
por una noche mas
a dormir
a esa casa
dentro de ese cuarto
donde hay una foto
de un viejo
canoso
apuntando a la cama,
va a tener mis ojos
mi rostro
mis manos
mis huesos
mis costillas
mis omóplatos
mi baba
mi inquietud
mis raros incómodos ruidos,

que nunca escuché.

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